Mitos y Leyendas de la Zona Central de Chile
Mitos y leyendas chilenas
La zona central, urbana y rural, no está ajena a los mitos y leyendas. La vida campestre y las largas noches han ayudado a la creación de mágicas historias y seres míticos. La oralidad en reiteradas ocasiones ha cambiado la versión original, pero siguen representando la tradición chilena.
El Carretero de la Laguna de Aculeo
Se cuenta que a la llegada de los españoles, los indígenas que habitaban alrededor de la laguna de Aculeo, descendientes de los Incas, eran poseedores de muchas riquezas en oro.
Al ver que los españoles llegaban y temiendo que les robaran sus posesiones, mandaron poner en una carreta todo el oro y enviaron a uno de ellos como conductor.
Pero los españoles se dieron cuenta y comenzaron a perseguirle, hasta que viéndose perdido, el carretero enfiló rumbo hacia el interior de la laguna.
Nadie sabe porqué tomó esa decisión, tal vez pretendió cruzar al otro lado o simplemente prefirió sepultarse en vida al fondo de las aguas con las riquezas, antes de que los españoles las poseyeran.
Cuenta la leyenda que algunas noches se oyen los gritos del carretero azuzando a sus bueyes y se puede ver brillar el oro en las aguas de la laguna.
También se cuenta que si alguien logra sacar alguna pieza de oro, dentro de 5 años morirá.
La Carreta del diablo
(leyenda del Cajón del Maipo, Santiago)
Esta historia cuenta que un huaso elegante, vestido de negro, solía pasearse en su llamativa carreta por los poblados del Cajón, Camino al Volcán. Según los que lo han visto, dicen que; "Los caballos de color negro azabache que tiran la carreta apestan, como su conductor, que huele a putrefacción y azufre, de ojos rojos como la sangre y de aliento de muerte". Cada vez que se sentía el ruido del galopar de los caballos golpeando contra la endurecida tierra y el rechinar de las ruedas de madera en medio de la noche quieta, todos sabían, que el diablo había venido a buscar almas o a presagiar alguna muerte.
También el relincho de los caballos delataba la presencia del Diablo, se escuchaban relinchos aterradores, como los gritos de miles de almas encerradas sufriendo por su martirio en lo hondo del infierno. Cuando la carreta se detenía frente a la propiedad de algún poblador, todos adivinaban, y desgraciadamente nunca se equivocaban, allí moriría alguno de sus moradores. En ese tiempo, un hombre ya olvidado, dueño de una pequeña parcela en el pueblito de Melocotón, hizo pacto con el Diablo, durante una fría y silenciosa noche...
Esperó a la carreta y encaró al Diablo en persona. Alguien del lugar lo vio esa noche, mirando escondido tras unos matorrales frondosos, y corrió el rumor que hoy hace realidad esta historia.
La noche estaba fría, oscura y silenciosa no andaba ni un alma. Ya todos dormían. Una mujer vecina, que quizás en qué pecaminosos pasos andaba esa noche, sintió el sonido de cascos de caballos y el rechinar de maderas. Dio vuelta su cabeza, y una suave brisa trajo hasta sus narices un olor a azufre. Cesó el ruido, y se produjo un gran silencio, y, ocultándose detrás de unos matorrales, vio la silueta de una carreta que se detenía, y enseguida escuchó un infernal relincho y luego el pausado respirar del Diablo. Sintió miedo, como si su alma fuera atraída por ese mal, y el pecado.
Sentado bajo un árbol seco y deshojado, había un hombre, la mujer lo miró y su cuerpo temblaba, y se dio cuenta de que su alma se le escapaba por las narices y que sus huesos se astillaban.
Horrorizada, miró hacia el cielo, y entonces se identificó con la luna. Bajó la vista y vio al Diablo ofreciendo al hombre un trato al cual el hombre debía firmar con su sangre, su próximo destino de multimillonario y buena salud. El hombre aceptó, mientras su vecina pensaba que valía más un alma pobre y llena de vida que un potentado sin felicidad ni alma propia...
Al otro día este hombre ya no era el mismo, adquirió riquezas, muchas tierras, prestigio, fama, reputación y popularidad, pasó el tiempo y este hizo que el hombre olvidara el convenio con el Diablo.
Pero lo que está escrito y firmado con sangre se cumple. Pasaron los años y el hombre envejeció, treinta años después llegó la noche en que, el Diablo se presentaría para llevarse a su nueva presa. Esa noche, el hombre, ya con mala memoria, se sintió atraído por la fría oscuridad y por el silencio, y salió en su lujoso carruaje tirado por caballos fina sangre por las desiertas calles. El destino se cumplió: en esa ocasión el hombre desapareció. Se cuenta que tiempo después, en lo que hoy se conoce como el sector de El Toyo, una mañana heladísima apareció el carruaje del hombre, solamente con su chupalla. Se le buscó por casi todo el valle del Maipo, pero nunca, jamás apareció. Nunca más se le volvió a ver.
Leyenda del Molino
Cerca del año 1953, un invierno lluvioso, se desbordo el rio Angostura, estuvo a punto de llevarse el molino y parte del pueblo de Valdivia de Paine.
La gente , los Católicos, sacaron la Virgen de la iglesia para que el rió se retirara y el dueño del molino que era dueño de una mina de oro le ofreció una corona del preciado metal a la virgen en un tiempo determinado, si el rió se retiraba de ahí.
El río milagrosamente se retiro pero la corona prometida nunca llegó.
Apenas se cumplió el plazo determinado , ocurrió algo extraño la mina La Librera, que producía bastante oro, desde ese momento fue perdiendo sus hermosas vetas hasta que ya no convino mas seguir explotándola. Hoy la mina se encuentra abandonada en un cerro de Valdivia de Paine.
Los que aventuran entrar en ella por las tardes aseguran que se ve la sombra de una hermosa virgen con una gran corona en su frente.
El pacto con el Diablo del fundo "La Cartón"
Don Moisés Herrera, dueño de la viña La Cartón y propietario de la única fabrica de cartón de los alrededores, se dice que hizo pacto con el diablo. Su historia se remonta a una época, donde habían pocas fabricas de cartón y lo producía muy bien. Se dice que en una noche tormentosa se le apareció el diablo para canjear su alma por fortuna.
Él que no era superticioso se mató de la risa y le siguió el juego al cachuo. Al final de la vida vendría a cobrarle su alma. Don moisés trabajaba duro en su empresa y una tarde aparecieron en su propiedad los dueños de la papelera y le preguntaron cuanto cartón producía.
El les contó que era muchísimo y que tenía muy buenos trabajadores en su empresa.
Al instante estos señores sacaron muchos fajos de dinero y le ofrecieron a don Moisés todo lo que pidiera a cambio de que nunca más produjera cartón.
Don Moisés aceptó y desde entonces solo produjo vinos. Buenos vinos, como el famoso "guapo", que cuando se tomaba una copa, ya no volvía por otra.
Don Moisés fue un hombre bueno y trabajó hasta sus últimos días, pero le preocupaba lo que decía la gente que el tenía pacto con el diablo. El cachuo le había dicho que vendría una sola vez a buscarlo. El anticipándose a esto decidió engañar al diablo, haciéndose pasar por muerto.
Organizó un velorio y en la medianoche cuando la luna estaba dormida tras los cerros de Maipo...
Apareció para llevarse su alma.
Pero al abrir el ataúd, don Moisés estaba con un gran crucifijo en su pecho y más despierto que el diablo.
Le dijo que se había equivocado de fecha y que no volviera más.
La rubia de Kennedy (Santiago)
La Avenida Kennedy es una transitada calle de Santiago de Chile, la capital del país.
Esta leyenda nace por el año 1979. Se trata de una mujer joven y hermosa (en la foto), con cabello rubio y tez blanca, vestida con un abrigo largo de piel y color blanco, que hace autostop o "dedo" a los automovilistas que pasan por Kennedy en la noche, entre las intersecciones de Américo Vespucio y Gerónimo de Alderete.
Se dice que se acerca a los vehículos o taxis y les solicita acercarla a un supermercado cercano; cuando acceden, se sube en el asiento trasero; cuando el vehículo ha recorrido aproximadamente un par de kilómetros, se le escucha a la bella mujer, suavemente, decir: "Por favor, no corra... Más despacio, más despacio".
Cuando el conductor mira por el espejo retrovisor, la bella muchacha ha desaparecido, sin posibilidad alguna de haberse bajado del vehículo en marcha.
El carretero
El origen de esta leyenda se remonta a los tiempos en que se usaba mucho uno de los medios de transporte mas antiguos conocidos por el ser humano : la carreta.
Dicen que cuando las personas del Valle viajaban a Cabildo para abastecerse de víveres, siempre se les aparecía un hermoso toro de color negro a la entrada del puente de "La Sirena".
Este animal de apariencia tranquila y bonachona, algunas veces amanecía tan bravo que nadie se atrevía a cruzar el puente, y se devolvían resignados sin poder continuar el viaje.
Un día en que se encontraba muy mansito, un carretero valiente y decidido lo atrapó y al verlo tan paciente lo enyugó a su carreta Pero resulta que el toro al sentir el peso del yugo en el cogote empezó a caminar y se fué directo en dirección a la poza que estaba debajo del puente. Se sumergió y junto con él arrastró a los bueyes, a la carreta y al hombre.
Desde entonces el toro no apareció más, pero cuenta que los viernes de Semana Santa, se escucha el grito del carretero arriando los bueyes porque según concluyen los lugareños, estos se habrían quedado pegados en el fondo del fango del puente de "La Sirena".
La misteriosa Cueva del chivato
En valparaíso, en los terrenos que hoy ocupa el edificio del diario "El Mercurio", desde 1899, existía una cueva excavada en la roca de singular origen. algunos vecinos aseguraban que su existencia se debía a cateos mineros realizados en tiempos coloniales; otros pensaban que su origen se debía a causas naturales, posiblemente producto de la continua acción del mar; pero los más creían que su nacimiento obedecía a los invencibles poderes del demonio.
La caverna estaba situada muy cerca de unas peligrosas rompientes en donde el mar azotaba con furia. se comentaba que allí en ese misterioso lugar, el diablo, transformado en un chivo maligno, se acercaba al océano en busca de sirenas que, de tiempo en tiempo, venían hasta los roqueríos a peinar sus húmedas cabelleras.
La "Cueva del chivato", como se la denominó desde el siglo xvii, tomó posesión en la fértil imaginación del pueblo y se fue transformando en un bullente aquelarre de brujos, con poderes sobrenaturales y pleno de extraños y desgraciados acontecimientos.
Muy pronto la cueva del chivato tomó dimensiones fabulosas y eran muy pocas las personas que se aventuraban de noche a pasar por su fatídico boquerón.
Ubicada en un rocoso promontorio en el faldeo del cerro Concepción, la cueva quedaba junto al obligado camino que debían seguir quienes transitaban entre el puerto y el Almendral o viceversa.
La población porteña aseguraba que, de noche, se aparecía el maligno transformado en un enorme chivo dueño de tan potente mirada, que podía hipnotizar y petrificar a sus víctimas impidiéndoles cualquier intento de fuga.
Los que lograban huir, lo hacían tan desesperadamente que morían destrozados entre las abruptas rompientes o escapaban abandonando tras sí todas las pertenencias que portaban.
Al camino que pasaba por la cueva del chivato se le bautizó posteriormente con el nombre de "calle del cabo", sendero que terminaba en la quebrada de Elías, actual plaza Aníbal Pinto.
Entre los siglos XVII y XVIII, sólo un reducido número de humildes casas, se levantó en el sector que era el paso obligado de jinetes, carretas, calesas y coches. todos preferían hacer la jornada diurna, porque la nocturna arriesgaba a infortunados encuentros con el "maligno". tanto fue el terror que creó esta leyenda, que en 1814, la policía optó por crear un farolito sobre una estaca para brindar algo de visibilidad al rocoso promontorio.
Casi a fines del siglo XVIII, don Joaquín de Villa Urrutia, prestigioso comerciante vasco adquirió todos los terrenos y casas ubicadas en la calle del cabo, incluyendo la misteriosa cueva del chivato. de inmediato, se procedió a dinamitar el peñón donde estaba situada la caverna para construir los edificios que servirían de bodegas para sus transacciones comerciales. Cuando la fortuna comenzó a sonreírle, también la desgracia comenzó a ensañarse con él. Innumerables problemas políticos, monopólicos y hasta guerreros comenzaron a preocuparlo.
Villa Urrutia, logró ser dueño de una fragata con la que deseaba mantener el régimen colonial, pero muy pronto cayó en poder de los patriotas durante gloriosos acontecimientos producidos en 1821.
Aún así la mala suerte siguió a la nave la que fue destruída durante un violento temporal que la estrelló en los roqueríos que existían frente a la cueva del chivato en 1839.
Corría el año 1833, cuando don José Waddington compró una gran parte del cerro Concepción, incluyendo los terrenos de la cueva del chivato y otros en la calle del cabo, hoy calle esmeralda. el comerciante inglés ordenó nuevas demoliciones del fatídico promontorio haciendo desaparecer definitivamente la legendaria cueva.
Según la tradición, los maleficios del antro maldito alcanzaron también la riqueza de Waddington, muerto en 1876, a los 84 años.
Se cuenta que en 1830, un grupo de marineros ingleses ingresaron a la cueva del chivato, expulsando de ella a un grupo de vagos y delincuentes de la peor calaña, que habían ubicado allí su centro de operaciones, ellos eran y no otros, los autores de todos los delitos atribuidos al "maléfico" chivo.
El 19 de julio de 1978, un grupo de autoridades encabezadas por el intendente y alcalde de la ciudad, procedieron a descubrir una placa recordatoria en el lugar donde existiera la cueva del chivato.
La Calchona
La leyenda dice que la Calchona originalmente fue una bruja que tenía un marido y dos hijos pequeños; teniendo su hogar en un campo de la zona central de Chile. Sin embargo, su familia no sabía la verdad sobre que ella practicaba la brujería. En su hogar ella escondía varios frascos que contenían unos mágicos ungüentos (cremas), que al aplicarlas sobre una persona, permitían transformar un ser humano en el animal que eligiese.
Se dice que todas las noches usaba su poder para que su marido e hijos no se despertasen en toda la noche, y por razones que se desconocen, la Calchona posteriormente realizaba el extraño rito de colocarse los mágicos ungüentos para transformarse en una gran oveja negra y salir a pasear por los campos hasta la madrugada; y recobrando su forma humana al volver a aplicarse sus ungüentos.
Pero sucedió que un día que se le olvidó realizar el hechizo para hacer dormir; y debido a ello sus hijos la vieron transformarse. Al ver la asombrosa transformación, ellos queriendo imitar a su madre se pusieron los ungüentos, transformándose en zorritos. Pero luego de realizada la transformación se dieron cuenta que no sabían como volver a ser niños, y por ello convertidos en estos animalitos se pusieron a llorar amargamente. Producto de los llantos, el padre también se despertó, pero su sorpresa fue enorme al no encontrar a su esposa e hijos; y ver en su lugar solamente a aquellos pequeños animales.
Producto del amor a sus hijos y las historias que había escuchado sobre los ungüentos que utilizaban las brujas, logró imaginarse que aquellos frascos pudieran contener algún tipo de ungüento mágico y que aquellos zorritos eran posiblemente su familia. Así decidió probar aquellos ungüentos en los zorritos, los cuales inmediatamente se transformaron nuevamente en niños. Luego los niños le contaron que era su madre la dueña de los ungüentos. El padre asustado y para evitar que les volviera a ocurrir lo mismo a sus hijos, decidió tirar el ungüento en las aguas de un río y alejarse todos de la casa.
Posteriormente al regresar la Calchona a su casa, y aun estando convertida en una oveja negra, al ver que no estaba su marido e hijos, asustada comenzó a buscar sus ungüentos por toda la casa y sus alrededores; encontrando solamente los frascos casi vacíos. Así ella muy afligida, trato de utilizar los restos de ungüento para transformarse nuevamente en ser humano; pero sólo le alcanzó para transformar sus manos, rostro y cabello a su forma humana. Quedando para siempre convertida en ese animal mitológico.
Por eso, cuando en las noches los campesinos sienten balar una oveja que vaga sola por los campos, ellos saben que se trataría de la mítica calchona; y como tradición se acostumbraría dejarle un plato con comida para que se alimente, ya que se dice que la calchona es totalmente inofensiva y estaría arrepentida de sus antiguos actos de brujería
El Culebrón
La tradición rural dice que la gran serpiente peluda trajina principalmente de noche, aunque a veces lo hace de día. En estado salvaje atacaría a los caminantes y arrieros, incluso llegando a devorarlos cuanto los encuentra a su paso; y por ello siempre se debe evitar los lugares donde se sabe que habitaría. Se dice que esta criatura suele vivir en madrigueras, cumpliendo en algunas de ellas la labor de guardián de algún misterioso "entierro" (tesoro enterrado).
Para alimentarse, el culebrón tendría el poder mágico de sugestionar y atraer con la mirada a su víctima, aunque este a larga distancia, ya sean personas o animales; y cuando esta muy hambrienta, con una gran fuerza, es capaz de absorber a los animales enteros, porque su estomago es inmensamente grande. Sin embargo cuando dispone de un territorio con numerosas presas, como hábito preferiría amamantarse en los animales vacunos a los cuales atraería con su cola para beber de su leche (esto ya que tendría una gran predilección por la leche) y/o preferiría comer presas más pequeñas, como las aves de corral. Luego de alimentarse se introduciría de nuevo en su escondite generalmente entre los pastizales de un sitio eriazo o en un bosque de poco acceso, y allí viviría o proseguiría nuevamente su camino subterráneo hacia otro lugar.
Como guardián de un tesoro, se dice que esta criatura se gestaría (sería atraído al lugar) al cabo de 40 días luego de enterrar un tesoro, generalmente de monedas de plata en el interior de un cántaro. Posteriormente, si el dueño o alguien ambicioso desea desenterrar el tesoro, habría que proceder a rociar aguardiente en el lugar donde está o se cree que está ubicado el tesoro; con el fin de lograr embriagar al culebrón y así lograr sustraer el tesoro.
Igualmente la tradición rural dice que esta mítica criatura del mismo modo que es atraída por riquezas, también tiene la capacidad mágica de atraer la riqueza a la persona que posea un culebrón, al otorgarle al dueño prosperidad en todo lo que realiza. Para ello, se señala que para domesticar a un culebrón es necesario previamente haberle arrancado tres pelos de los más largos a un culebrón en estado salvaje; y luego depositar los tres pelos en una fuente llena con leche, a objeto que cobren vida y puedan alimentarse. Después de un tiempo nacerán tres criaturas y el más fuerte devorará al resto y lentamente irá creciendo hasta tomar la forma de un verdadero culebrón. Posteriormente, el culebrón se alimentaría con leche de una vaca que el dueño tendrá sólo para el culebrón. Igualmente como un ritual, todos los años el dueño deberá matarle un animal o darle algún pariente o persona cercana, y dejarle la sangre en un lugar que sólo el culebrón sabe. Siempre el dueño de un culebrón debe alimentar a este ser, teniendo este deber como una obligación perentoria; pero si por alguna razón comienza a descuidar al Culebrón, ésta criatura se ira del lugar, con lo cual su exdueño inevitablemente quedara en la pobreza; y en el peor de los casos incluso terminara con pagar ese fatal descuido con su propia vida o con la vida de sus familiares.
También se cuenta que en ciertas ocasiones el mismo diablo u otro demonio mandado por él, se presentaría con esta forma ante el hombre codicioso, con el objetivo de hacer un pacto diabólico de riqueza con él; en el cual el hombre le ofrecería su alma y/o la vida de otras personas (generalmente enemigos o trabajadores de la persona que hace el pacto), a cambio de beneficios.
El "Viejo Mena",
leyenda del puerto de Valparaíso
Este es un relato que mi padre, ex Grumete de la Armada de Chile, me compartió. Ignoro la veracidad de la historia, pero los antiguos habitantes de Valparaíso también la conocieron...
Quiero remitirme a un artículo publicado en una página de Internet con la finalidad que el lector se ubique en la historia:
"En un lindo cerro de Valparaíso, el mismo que eligiera Pablo Neruda para establecerse y así poder "Vivir y escribir tranquilo", y lugar donde viviera el recordado libretista nacional Arturo Moya Grau, hubo de ocurrir hace más de 120 años una de las más grandes tragedias que recuerde el puerto.
En los terrenos del regidor don Nicolás Mena, los que ocupaban casi en su totalidad el cerro Florida, hallábase un gran tranque que aseguraba el regadío de sus tierras, fábrica de hielo y de cerveza.
La gran represa se hallaba situada aproximadamente a 270 metros del nivel del mar y era capaz de almacenar cerca de 60.000 m3. El tranque medía en su base 40 metros y en su parte superior 15 metros con una altura de alrededor de 17 metros.
A él se accedía por la calle que continua a Yerbas Buenas alojándose al fondo del ceno que forman los cerros Florida y Yungay por sobre el "Camino Cintura", actual avenida Alemania.
Corría el 10 de agosto de 1888 y una gran lluvia azotaba la ciudad. Al día siguiente cerca de las 08.00 horas se sintió un gran estruendo que estremeció a los habitantes del cerro Florida y sus alrededores.
Las grandes paredes del tranque habían cedido a la inmensa presión del agua y en pocos segundos más de 60.000.000 de litros de agua más toda una inmensa carga de desperdicios descendía sin control arrasando con todo lo que encontraba a su paso, principalmente por las calles Yerbas Buenas y General Mackenna.
He aquí tal vez la inspiración que tuviera el cantautor porteño Osvaldo "Gitano" Rodríguez al referirse en su canción al sino trágico de Valparaíso;
"Y vino el temporal y la llovizna con su carga de arena y desperdicios.
Por ahí paso la muerte tantas veces la muerte que enlutó a Valparaíso".
La gran masa de barro e inmensos escombros quedó esparcida entre las plazas de Aníbal Pinto y de la Victoria cubriendo el lugar con más de 1 metro de escombros bajo los que yacían cerca de 70 personas sin vida, muchas de las cuales serían arrancadas junto a sus casas por la mortal avalancha.
La catástrofe pudo ser evitada si es que las autoridades hubiesen puesto la atención necesaria a las denuncias que se venían haciendo hacía más de dos años respecto del peligro que significaba dicho almacenamiento de agua en la parte alta de Valparaíso. Sin embargo nada se hizo.
El hijo de don Nicolás Mena, don Marcelo Mena Luna (1860-1932), tal vez cargando en su conciencia la horrible tragedia que ocasionara el descuido de su padre, antes de morir destinaría una cuantiosa fortuna para la creación de una fundación que construyera un hospital para niños que recibiría el nombre de Marcelo Mena y que popularmente se conoce como "Consultorio Mena".
En la actualidad una inmensa roca de varias toneladas puede ser vista encajada a un costado de la escala Murillo la misma que recorre en paralelo al ascensor Florida, y que es mudo testimonio de la fuerza que tuvo la avalancha.
En el mismo cerro una calle principal y plaza recuerdan el apellido de ésta familia porteña que por desgracia apellidan una de las tragedias más grandes que ha sufrido Valparaíso."
Lo que mi padre me contó de este señor Mena, más conocido como "el viejo Mena", fue que había hecho un pacto con el diablo, para obtener todas sus grandes riquezas, pero que lo velaron en vida y lograron arrebatar su alma a Satanás.
Contaba que después de su muerte, por las noches la gente del lugar, podía a veces ver pasar una antigua y negra carroza mortuoria tirada por caballos que sacaban chispas del suelo en su correr desenfrenado, la que luego simplemente desaparecía.
Tal vez Satanás en busca de su alma...
Esta es lo que se contaba del "Viejo Mena", la que, tomando en cuenta la historia oficial,
bien pudo haber ocurrido...
El entierro del Lonko Butacura (Cacique Vitacura)
En el sector del río Mapocho al oriente, hasta las vertientes de la cordillera, existían varios asentamientos indígenas independientes entre sí y regidos cada uno por un cacique. De hecho, los nombres de las comunas, avenidas y calles se conservan desde entonces. El Lonko Vitacura (o Butacura. (en mapudungún: fütra-kura, 'Piedra grande')?), toponimia mapuche correspondiente al norte del Cerro San Luis donde se levantaba el caserío de Vitacura y ahora esta el edificio de la calle Luz 3040 llamado "El cacique" en su honor.33°24′32.46″S 70°36′4.06″O,7 el cacique Apoquindo, el Lonco Mayecura y el Lonco Huara Huara, al cual pertenecía el territorio de las haciendas de La Dehesa y Las Condes.
El Lonco Vitacura o Butacura, era el principal del la comarca ubicada en las inmediaciones del cerro San Luis a orilla del Mapocho. Los caciques subalternos que tenían sus lof cercanos al lugar e incluso en la ribera norte del río Mapocho eran: Polobanda, Pujalongo, Perimalongo, Tongui, Catalonde, Longopilla, de este último dependían Trinquimanquí y Gualtilina. La aldea de Butacura o Vitacura era un mitimae, un mitimae era una colonia inca (mitmac en quechua signifca "esparcir" ) conformada por grupos de familias enviadas por el imperio incaico con fines administrativos, economicos, politicos o militares. Butacura era el jefe o "curaca" de esta colonia. su función era la de recoger el oro producido en la región para llevarla al Perú a modo de tributo o impuestos que debian pagar los indigenas de la zona. Esta función sólo la realizó hasta la llegada de Diego de Almagro a Chile ( 1535-1536) puesto que el español interceptó, mejor dicho robó, uno de los envios compuesto por 14 arrobas de tejos de oro marcado equivalente a 161 kilos de oro.
Por lo que Butacura se vio obligado a suspender estos envios en los siguientes años y tomó la precaución de esconder el oro recaudado, aproximadamente 800 kg de oro, enterrándolos en algún lugar de sus extensos feudos. acción que después posiblemente fuera la causa de su muerte.
La "Piedra Feliz"
Valparaíso
La Piedra Feliz era un peñón en el sector de Las Torpederas, a los pies del Cerro Playa Ancha, balneario de Valparaíso. Estaba erguida una gran mole de veinticinco metros de altura de una piedra de color negro, con una escalera esculpida en la misma y con un asta de bandera en su cima.
Hoy son los restos de un peñón que primero se redujo por los años cincuenta y que después fue dinamitada en el año 1980 para que no sirviera más como lugar de suicidio, hoy tiene varias animitas que recuerda a personas que murieron ahí, hoy convertido en un lugar de paseo. Desde la altura del paseo Carvallo se puede apreciar lo que queda de "La Piedra Feliz".
Esta histórica leyenda cuenta que en este peñón, durante muchos años los aburridos de la vida, los descontentos, los enamorados y desencontrados, se suicidaban parejas, hombres o mujeres, ancianos, enfermos, y abandonados, se despedían de sus vidas para siempre lanzándose desde lo alto al mar.
Toda una época marca a la Piedra Feliz, como la piedra de los infelices donde su principal característica es lo agitado del oleaje proveniente del sur y que en este sector golpea con fuerza a los roqueríos, provocando espectaculares explosiones de agua al encontrarse las olas con las rocas.
Al pie de esta roca, ramazones de algas se extendían y distendían como tentáculos de pulpos gigantes y se contaba que los suicidas erguían la cabeza entre estas plantas como incitando a lanzarse a las almas torturadas.
Hoy existe una gran animita, que de fondo tiene a la Piedra Feliz, la animita de Panchita como se le llama, se dice a realizado muchos milagros y es asistida por mucha gente.
La Cuca
Zona Central
La primera es un ave que vuela de noche. Cuando lo hace en las noches de luna, si su sombra toca a una persona, esta muere antes de cumplirse un año. Su grito se asemeja al rebuzno de la mula. Si lo lanza sobre una casa, al poco tiempo muere uno de los moradores de ella.
La Cuca blanca es un ave benéfica que ayuda a las personas que andan extraviadas a encontrar el camino. Cuando canta, dice: ¡Cuca! ¡Cuca!
La Cuca cordillerana habita cerca de los Andes y es un ser mitad mujer, mitad vaca que siempre anda con la cabeza tapada. Entra en las casas, saca a las personas mientras duermen y las deja en un sitio distante sin causarles ningún daño.
Leyenda de la Laguna del Inca
Antes de que llegaran los conquistadores españoles a lo que hoy es nuestro país Chile, el incanato de los "hijos del sol", abarcaba cerca de 2 millones de kilómetros cuadrados entre el océano Pacífico y la selva amazónica y por el sur hasta las riberas del río Maule, pero había un poblado Inca en el valle, y en este lugar hacia la cordillera, existió una laguna de un maravilloso color esmeralda, y que representaba las penas de amor del bravo guerrero inca Illi Yupanqui y que, según las tradiciones se dice que buscaba a una hermosa mujer, la mujer más hermosa del imperio para hacerla su esposa.
Cuando la encuentra deciden casarse en la cumbre de las montañas y a las orillas de una linda laguna, Kora´llé para cumplir con el rito del matrimonio debía descender hacia la laguna con su maravillosos traje y su séquito de sirvientes, el camino de bajada era estrecho y complicado y resbaladizo, lo que hiso que la princesa cayera al vacío, los gritos de la princesa no fueron oídos por su prometido y no pudo ayudarla.
Según la leyenda, en esta laguna Illi Yupanqui lloró todas sus penas cuando la princesa inca Kora-llé murió al sufrir el accidente, por estar cumpliendo una tradición para su matrimonio. Allí fue dejado el cuerpo de la princesa, y se dice que en ese momento la laguna se volvió color esmeralda, teñido por el color de los ojos y que el hijo del Sol no pudo despertar. También se dice que en ciertas noches de invierno todavía se puede oír los lamentos del Inca.
La laguna es la actualmente conocida como Laguna del Inca, en las alturas de Portillo.
La LLorona
Las diferentes leyendas chilenas sobre la Llorona van desde algunas versiones muy semejantes a la mexicana hasta otras muy particulares del folclor chileno. Las chilenas definen al espectro como el espíritu de una mujer que busca a su hijo, de manera que se la caracteriza como un espectro con una relación especial con la muerte.
En cualquier caso, se trata de una mujer que estaba celosa de sus dos hijos porque el marido compartía más tiempo con ellos. La mujer resiente esto profundamente, por lo que arroja a sus dos hijos en un río y los ahoga. Cuando el esposo llega a casa y pregunta por los niños, ella le oculta la verdad, pero él se da cuenta de que en el río hay dos niños ahogados. El hombre, presa del dolor, mata a la esposa, cuyo espíritu se queda errante en busca de sus hijos.
La Pucullén
En la versión distintiva de la tradición chilena, la Llorona se llama la Pucullén (de cullen, lágrima, y pu, plural). Se dice que llora eternamente porque le quitaron a su hijo de sus brazos a muy corta edad. Es una presencia fantasmal vestida de blanco, a la que sólo puede ver la gente que está cercana a la muerte, algunas personas con habilidades especiales (como las Machis o los Calcus) y los animales que tienen los sentidos más agudos, entre ellos los perros, que lanzan lastimeros aullidos cuando perciben su presencia.
La Pucullén es una guía de los muertos, que indica con sus pasos y llantos el camino que debe recorrer el muerto para dirigirse desde su morada terrenal hacia el más allá. Se dice que llora como plañidera por todos los familiares del difunto, para que todos ellos se consuelen pronto de la pérdida; además, evita que el espíritu del muerto decida acudir a penarlos, disconforme con las pocas lágrimas y manifestaciones de pesar de sus parientes. Algunos cuentan que si uno se frota los ojos con lágrimas de perro, podrá verla; pero si el corazón del que observa no es firme, la imagen será espantosa.
Con sus abundantes lágrimas, que forman un charco cristalino, la Pucullén señala el sitio preciso en el campo santo donde debe abrirse la fosa para depositar el féretro. Se dice que si esto sucede, debe utilizarse toda la tierra necesaria para cubrir por completo el féretro, pues en caso contrario antes de un año morirá un familiar del difunto. Como castigo por el descuido que la llevó a perder a sus hijos, roba los hijos de otras madres, confundiéndolos con los de ella
La Llorona del puente de San Carlos
Según otra versión, los hechos sucedieron en el puente Lingue, en Litueche. Era un día de lluvia torrencial y el puente tenía mucha corriente, siendo muy peligrosa. Un señor que observaba lo que pasaba vio a una mujer con un bebé en los brazos. Ella, muy afligida por la lluvia, se apoyó en el palo del puente, gritó y gritó, confundiéndose sus gritos con los llantos del niño. Después, el bebe desapareció entre las aguas y la mujer se lanzó al agua, donde murió ahogada sin llegar a encontrar a su bebé. Desde entonces, cada vez que llueve se escucha llorar de forma inconsolable a la mujer. Sólo cuando encuentre a su hijo cesará su llanto.
La Llorona y el Diablo
En Valparaíso se dice que la Llorona fue una mujer que se casó con el Diablo. Esta mujer se enamoró de él pensando que era un hombre bueno, sin saber quién era en realidad. Un día, el Diablo llegó más temprano de lo normal a su casa y la mujer aún no tenía preparada la comida. Salió a comprar para cocinar, pero el Diablo no aguantó más y tuvo que matar a sus hijos. Cuando volvió la mujer, desconsolada lloraba por sus hijos todas las noches. Un día, el Diablo se cansó de sus llantos continuos. La amarró a la cama con unas cadenas y le enterró una estaca en el corazón. Desde ese momento, la Llorona recorre las calles de toda la región arrastrando sus cadenas y llorando por sus hijos perdidos.
Leyenda de La Quintrala
Cuenta la leyenda, que Doña Catalina de los Ríos y Lisperguer, mas bien conocida como La Quintrala (1604 - 1665), dueña de muchas tierras en Santiago (Chile) en la epoca colonial, un dia caminando por sus terrenos, se encontro con un arbol en el cual se hallaba la cara de Cristo. Esta mujer, que paso a la historia acusada de haber asesinado a su padre con un pollo envenenado que le ofreció en su lecho de enfermo (hacia 1622), mando a cortar ese arbol de sus tierras e inmediatamente, mando a tallar un Cristo con su madera.
Un Cristo el cual mantuvo en su propia casa, y el cual fue testigo de todas las torturas que practicaba a sus esclavos y fue confesor de todos los crimenes que la Quintrala ejercia. Este Cristo se bautizaria como el Cristo de la Agonia.
Un dia, Doña Catalina, en una ataque de Ira y cegada por la culpabilidad de sus fechorias, hizo retirar de su casa la imagen del Cristo de la Agonia alegando que:
" ¡No quiero que ningun hombre me ponga mala cara! "
Razón por la cual la imagen fue llevada a la Iglesia San Agustin (ahora ubicada en pleno centro de Stgo.). Y que algún tiempo después, la Quintrala, le juró a ese mismo Cristo que si la salvaba de la represión, ella le pondría todos los días y para siempre dos velas de una libra.
El 10 de Mayo de 1662 Catalina dispuso su testamento. Casi toda su fortuna fue legada en beneficio de su alma, para ser rescatada del purgatorio. Estableció que se dijeran 20 mil misas, para lo que dispuso 20 mil pesos.
En los días siguientes a su entierro, debían oficiarse otras mil misas, y también mandó se dijeran 500 misas más, esta vez por las almas de los indígenas que habían fallecido debido a sus malos tratos.
Ahora este Cristo se llama el "Cristo de Mayo", porque para el terremoto de Mayo de 1647, el que habría provocado que la corona de espinas se moviera desde la cabeza al cuello del Cristo, se derrumbó todo en Santiago y solo él se mantuvo en pié con las dos velas encendidas.
Este Cristo aun se mantiene en Pie en la misma iglesia de Sn Agustin y se puede visitar sin ningun problema. Parte de la leyenda o mito urbano, es que cada vez que se ha intentado mover o sacar la corona de espinas del cuello del Cristo, ha temblado en Stgo, es por eso, que se tiene la estricta orden de no mover, en lo mas minimo, ni el Cristo de su lugar y ni mucho menos su corona de espinas.
La tumba de cuatro patas
Bueno se cuenta q un caballero, en valparaiso (¿años?, no se exactamente), hizo un pacto con el DIABLO..
A lo cual tras su fallecimiento él se llevaría su alma, pero este caballero fue "avispado", al descubrir que si su cuerpo no tocaba tierra, el Diablo no podría cumplir su cometido.
Por tanto, antes de morir dejó un testamento, para que lo sepultasen sobre patas, como si su sepultura fuese una cama.
Bueno este caballero está en el Cementerio 3 de Playa Ancha, Valparaiso.
Creo que la historia decia... "que Martin Busca hizo un pacto con el diablo" ... por lo que se cuenta en playa ancha el trato consistia en que el podia vivir cuantos años quisiera, pero cuando muriera el diablo se iba a llevar su alma cuando su cuerpo tocase tierra.
Es por eso que su tumba actualmente tiene las cuatro patas.
Y es mas, si tu vas y le pides algo ... se te cumple pero cuidado con dejar de visitarlo o si no te va a pasar como a mi, que se esta muriendo la gente a mi alrededor...
Los túneles de Santa Rita
Existe un túnel que une las bodegas de Cal y canto de la Viña santa Rita y la Estación de trenes de Buin. Se dice que por este túnel arrancaron de la casa patronal de la familia Jara Quemada los patriotas del ejercito Realista en la colonia de nuestra Historia.
Los patriotas en sus corceles viajaron a mucha prisa sorteando en su camino numerosos peligros de este tiene. Ruidos de un demonio, vampiros, arañas gigantes y otras están en medio de este túnel.
Se dice que cierta vez unos jóvenes de la ciudad entraron al famoso túnel y se encontraron de pronto ante un paisaje insólito. Era una playa de mar con un gran cielo azul. En el agua grandes peces espadas peleando con tiburones y aves mitológicas lanzaban fuego sobre este cielo celeste.
Se dice que los jóvenes salieron aterrados de allí y tapiaron con una gran piedra la entrada al lugar. Desde entonces ha sido inútil la búsqueda de la entrada.
La cueva de las brujas
¡Cuidado, el que va a Melipilla perderá algo más que la silla si se llega a meter en la Cueva de las Cardillas!
Si no saben el porqué, yo se los contaré... Cierta vez un forastero muy incrédulo y osado, desescuchando todos los consejos, cogió un chonchón y se metió en la cueva.
No bien había caminado un rato, se halló en un salón muy hermoso, amoblado, lo que era un lujo, en cuyas sillas de plata estaban sonriéndole unas jóvenes lindísimas y vestidas con deslumbrantes trajes llenos de alhajas. Las jóvenes le dijeron:
"¡Quédese a cenar con nosotras!", y como él era muy mujeriego y goloso, aceptó encantado. Entonces a la hora de la cena le sirvieron con vajilla de plata y cubiertos de oro los más exquisitos manjares nunca probados por paladar alguno.
El forastero muy pillo, no contento con la gran recepción que le habían dado, al finalizar la cena se aprovechó de un descuido de las dueñas de casa para echarse al bolsillo algunos cubiertos de oro y un trutro de pavo.
Ellas, le rogaron entonces que no se fuera y que mejor se quedaba a dormir en un lecho de pieles, claro está que deberia compartirlo con la más niña, pues faltaban camas.
Y él, que además de goloso era mujeriego, como se ha dicho? aceptó otra vez encantado y enamorado hasta la médula de los huesos.
Y se fue al cuarto con la linda joven, donde se quedó dormidito besándola entre "¡amor mío!" y "¡te quiero mucho!"
Al otro día, cuando despertó, lo primero que hizo fue darle un beso a tan buena compañera que le había tocado para pasar la noche; y como la sintiera muy fría abrío bien los ojos encontrando que abrazaba a un esqueleto; y como la impresión le dio tanta hambre, metió la mano en el bolsillo para engullirse el trutro robado y sacó un bollo podrido de vaca.
Quiso tomar el chonchón pero no pudo encontrarlo porque se había apagado y cuando pudo encontrar la salida de la cueva no supo quién era él porque estaba loco y en lugar de cabeza llevaba una sonriente calavera.
El hombre cabeza de chancho
El hombre chancho es una persona que tiene cuerpo de hombre y cabeza de Chancho.
Ser dice que le gusta andar en las poblaciones y localidades recorriendo en verano, a la hora en que los vecinos están durmiendo la siesta.
Su aspecto se debe a que un hombre muy malo se acostó con una chancha y el fue la única criatura que salió del vientre de la chancha.
Él busca a su padre desde entonces, nadie sabe donde vive y que come.
Solo que toca el timbre entre las dos y tres de la tarde en los veranos tórridos de la comarca del Maipo.
El hombre chancho (otra versión)
Se dice que en el campo chileno, ¡Vaya a saber en dónde!, una madre campesina muy pobre, a la que el marído la abandonó, tenía un hijo muy malo.
Una vez, llegada la hora de almorzar, con mucho esfuerzo la mujer preparó un plato de porotos, cosa que se repetía muy a menudo.
Se sentaron a la mesa y el hijo al ver el plato servido gritó: "¡OTRA VEZ LA MISMA COMÍA!" y tomando el plato servído, lo arrojó con fuerza al suelo.
La pobre madre, muy dolorida, llorando le dijo: "¡EN CHANCHO TE HAI DE CONVERTIR POR MAL HIJO!" y desde entonces el hombre chancho vaga por los campos po una eternidad, buscando el perdón de su madre...
Rezo para que los perros dejen de aullar.
Santa Ana parió a María, Santa Isabel a San Juan, por estas santas palabras, los perros se han de callar
Este rezo, lo aprendí de mi suegra la señora María Salas de Isla de Yaquil, Santa Cruz.
Al igual que las 12 palabras redobladas que escribo a continuación:
Las Doce palabras redobladas
Se dice que cuando un cristiano hace pacto con el diablo de entregarle su alma a cambio de fortuna, antes de su muerte, para poder burlar el acuerdo, se le velaba en vida.
La persona que lo velaba debía recitar estas doce palabras redoblándolas si equivocarse, ya que mientras las rezace tendría visiones y escucharía sonidos que podrían distraerla.
Si lograba esta tarea, el cristiano se salvaba, en cambio si se equivocaba o de puro miedo lo abandonaba, entonces el "cachúo" vendría a buscarlos a los dos:
La Una es Una, la Virgen Pura, amén.
Las Dos son dos, las Dos Tablas de la Ley,
La Una es Una, la Virgen Pura, amén.
Las Dos son dos, las Dos Tablas de la Ley,
Las Tres son tres, las tres Marías
La Una es Una, la Virgen Pura, amén.
Las Dos son dos, las Dos Tablas de la Ley,
Las Tres son tres, las tres Marías
Las Cuatro son cuatro, los Cuatro Evangelistas,
La Una es Una, la Virgen Pura, amén.
Las Dos son dos, las Dos Tablas de la Ley,
Las Tres son tres, las tres Marías
Las Cuatro son cuatro, los Cuatro Evangelistas,
Las Cinco son cinco, las Cinco Llagas.
La Una es Una, la Virgen Pura, amén.
Las Dos son dos, las Dos Tablas de la Ley,
Las Tres son tres, las tres Marías
Las Cuatro son cuatro, los Cuatro Evangelistas,
Las Cinco son cinco, las Cinco Llagas.
Las Seis son seis, las Seis Candelas.
La Una es Una, la Virgen Pura, amén.
Las Dos son dos, las Dos Tablas de la Ley,
Las Tres son tres, las tres Marías
Las Cuatro son cuatro, los Cuatro Evangelistas,
Las Cinco son cinco, las Cinco Llagas.
Las Seis son seis, las Seis Candelas.
Las Siete son siete, los Siete Sacramentos.
La Una es Una, la Virgen Pura, amén.
Las Dos son dos, las Dos Tablas de la Ley,
Las Tres son tres, las tres Marías
Las Cuatro son cuatro, los Cuatro Evangelistas,
Las Cinco son cinco, las Cinco Llagas.
Las Seis son seis, las Seis Candelas.
Las Siete son siete, los Siete Sacramentos.
Las Ocho son ocho, los Ocho Planetas.
La Una es Una, la Virgen Pura, amén.
Las Dos son dos, las Dos Tablas de la Ley,
Las Tres son tres, las tres Marías
Las Cuatro son cuatro, los Cuatro Evangelistas,
Las Cinco son cinco, las Cinco Llagas.
Las Seis son seis, las Seis Candelas.
Las Siete son siete, los Siete Sacramentos.
Las Ocho son ocho, los Ocho Planetas.
Las Nueve son nueve, los Nueve meses
La Una es Una, la Virgen Pura, amén.
Las Dos son dos, las Dos Tablas de la Ley,
Las Tres son tres, las tres Marías
Las Cuatro son cuatro, los Cuatro Evangelistas,
Las Cinco son cinco, las Cinco Llagas.
Las Seis son seis, las Seis Candelas.
Las Siete son siete, los Siete Sacramentos.
Las Ocho son ocho, los Ocho Planetas.
Las Nueve son nueve, los Nueve meses
Las Diez son diez, los Diez Mandamientos.
La Una es Una, la Virgen Pura, amén.
Las Dos son dos, las Dos Tablas de la Ley,
Las Tres son tres, las tres Marías
Las Cuatro son cuatro, los Cuatro Evangelistas,
Las Cinco son cinco, las Cinco Llagas.
Las Seis son seis, las Seis Candelas.
Las Siete son siete, los Siete Sacramentos.
Las Ocho son ocho, los Ocho Planetas.
Las Nueve son nueve, los Nueve meses
Las Diez son diez, los Diez Mandamientos.
Las Once son once, las Once mil Vírgenes.
La Una es Una, la Virgen Pura, amén.
Las Dos son dos, las Dos Tablas de la Ley,
Las Tres son tres, las tres Marías
Las Cuatro son cuatro, los Cuatro Evangelistas,
Las Cinco son cinco, las Cinco Llagas.
Las Seis son seis, las Seis Candelas.
Las Siete son siete, los Siete Sacramentos.
Las Ocho son ocho, los Ocho Planetas.
Las Nueve son nueve, los Nueve meses
Las Diez son diez, los Diez Mandamientos.
Las Once son once, las Once mil Vírgenes.
Las Doce son doce, los Doce Apóstoles.
La Una es Una, la Virgen Pura, amén.
Las Dos son dos, las Dos Tablas de la Ley,
Las Tres son tres, las tres Marías
Las Cuatro son cuatro, los Cuatro Evangelistas,
Las Cinco son cinco, las Cinco Llagas.
Las Seis son seis, las Seis Candelas.
Las Siete son siete, los Siete Sacramentos.
Las Ocho son ocho, los Ocho Planetas.
Las Nueve son nueve, los Nueve meses
Las Diez son diez, los Diez Mandamientos.
Las Once son once, las Once mil Vírgenes.
Las Doce son doce, los Doce Apóstoles.
Pasando de Doce a Trece, que reviente El Diablo si es ese.